enloquecedor - определение. Что такое enloquecedor
Diclib.com
Словарь онлайн

Что (кто) такое enloquecedor - определение


enloquecedor      
enloquecedor      
adj.
Que hace enloquecer.
enloquecedor      
enloquecedor, -a adj. Que enloquece.
Примеры употребления для enloquecedor
1. Y es que, dice este psicólogo, abrir una sucursal afectiva puede resultar enloquecedor para todos los implicados.
2. El concepto del yin y yang característico de Morissette, que considera que el ente microcósmico está representado en el macrocosmos, se hace palpable también en el single del disco, Underneath" que refleja el pensamiento de Mahatma Gandhi, que decía "Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo". Aspereza y alegría Aunque temas como el áspero Versions of Violence buscan deconstruir la conducta humana, hay otros en los que Morissette ofrece su personal visión sobre el enloquecedor ritmo de nuestro mundo, como el duro tema Straitjacket el lamento inquietante por el amor perdido contenido en Torch la declaración de Moratorium, o las hipnóticas idas y venidas de Tapes.
3. Gran crispación Una muestra del nivel de crispación fue la audiencia ante Bruselas, el año pasado, de Joaquín Osa, director general de Instrucción de la CMT: "El tema de que haya dos autoridades dictando estructuras de precios me parece preocupante, desde un punto de vista económico enloquecedor y desde un punto de vista práctico, existe un concepto que se llama seguridad jurídica". Osa recordó que la CMT había desautorizado un 20% de las promociones presentadas por Telefónica al observar ese pinzamiento de precios, y advirtió de que la medida que proponía la Comisión no era "ni proporcionada ni necesaria". Para el caso, Bruselas ha aplicado el criterio de la contabilidad de costes, es decir, ha investigado qué le costaba a Telefónica ofrecer su servicio de ADSL y cuál era el margen del precio mayorista.
4. Cuando la política es un click,a las ocho de la noche el Partido Popular está a punto de sufrir un descalabro histórico en Galicia –prepárate Mariano, que van a venir a por ti–, a las nueve y media saborea las mieles de la mayoría absoluta –don Manuel es un as, Zapatero te vas a enterar– y a las doce se consuela con una derrota dulce y almendrada como una tarta de Santiago –don Manuel se marchará, si es que se marcha, con la cabeza muy alta–. Cuando la política es un click, el juego de las expectativas –gano porque perdía por mucho, pierdo porque ganaba de sobras– puede llegar a ser tan enloquecedor como una película de Alfred Hitchcock con laberinto de espejos.